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Estrategias para reducir los errores de administración en las residencias sociosanitarias

Artículo aparecido en el blog STOP Errores de Medicación (Extracto)

En «STOP Errores de Medicación» se informa sobre factores conocidos y que contribuyen a la aparición de errores de medicación, como son los problemas de isoapariencia de los medicamentos (de la forma farmacéutica, del envasado o del etiquetado) o la existencia de medicamentos LASA (Look-Alike, Sound-Alike Medication Names). Con el fin de evitar en los hospitales el riesgo asociado a éstas y otras circunstancias, es frecuente que desde los servicios de farmacia se pongan en marcha estrategias orientadas a reducir los errores de medicación, como la definición de procedimientos y prácticas seguras, la información y formación de los profesionales implicados en la cadena del medicamento, la consideración de criterios de seguridad de uso en el proceso de selección de medicamentos y otras.
El momento de la administración es uno de los puntos críticos del sistema de utilización de medicamentos de un centro sanitario, ya que constituye la última barrera antes de que el error de medicación llegue a alcanzar al paciente. Aunque el farmacéutico no esté presente en el momento de la administración, la intervención de este profesional en la dispensación y el modo en el que ésta se realice pueden contribuir a evitar que el error de administración se produzca.

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Conociendo esta situación, ¿qué podemos hacer desde el servicio de farmacia de un centro sociosanitario para promover la administración segura de medicamentos? En primer lugar, y lo más básico, es poner en marcha un sistema de dispensación en dosis unitarias (SDMDU) similar al de los hospitales, de tal forma que la residencia reciba acondicionada la medicación de cada paciente, en lugar de que alguno de sus trabajadores tenga que preparar la medicación a partir de envases comerciales de medicamentos. Si nos centramos en la medicación habitual de los pacientes y asumiendo que, al menos mayoritariamente, ésta se administra por vía oral, mis recomendaciones son las siguientes:

Seleccionar un sistema de dispensación adecuado: lo más frecuente es emplear bandejas semanales —que incluyen, por tanto, siete cajetines diarios, desmontables o no— que se colocan en un carro de medicación para cada comedor. En mi opinión, este soporte tiene la ventaja frente a los blíster SPD, empleados habitualmente por las oficinas de farmacia, de permitir mantener a los medicamentos en su envase primario o en la bolsa del reenvasado (con la consiguiente información que identifica al medicamento y a su lote y caducidad), de permitir la recuperación del medicamento en caso de que éste no haya sido administrado y de facilitar los cambios del tratamiento con la simple apertura de la tapa de la bandeja. Las bandejas de medicación deben tener compartimentos separados para cada una de las administraciones, haciéndolas coincidir con las comidas (al menos con las comidas principales), de forma diferente al cajetín de un carro de medicación hospitalario, en el que se colocan juntos todos los medicamentos necesarios para 24 horas de tratamiento. De este modo, el cuidador sabrá de forma inmediata qué medicación debe administrar en cada momento.

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Administrador iPharma

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